1.10.09

El final del verano. Y tu partirás...

Es mi último día. Siempre lo digo, pero seguramente esta vez sea cierto lo de que no vuelva a pasar un mes entero aquí.

Es mi última noche tras un mes entero. Veinte años veraneando en el mismo lugar. No está mal, ¿verdad?. Este es mi hogar tanto como mi casa. He pasado 20 meses. Más de un año de mi vida en este lugar, en esta casa. Los cinco anteriores años los pasé a menos de un kilómetro. Incluso en la barriga de mi madre vine a esta zona.

Me apetece escuchar el último de Extremo, pero no quiero oir música de cantantes tan agresivos con sus derechos y tan poco con los de los demás. No quiero volver a oir Extremoduro nunca más. Pero este último disco es buenísimo. Tan bueno como el mejor. Ojalá fuera malo.

También me apetece oir el sonar de las olas. El sonar continuo, el ruido que no cesa. ¿Cómo voy a dormir en silencio? ¿Cómo voy a volver a restringir entre edificios mi vista acostumbrada al infinito? ¿Cómo voy a volver a comer espiando a mis vecinos cuando llevo un mes comiendo viendo mar y barcos y olas y gaviotas?

La luna se esconde tras el apartamento de Eloisa como se escondía el sol tras su nariz en la playa. Este año he estado de maravilla con ella. Me sentía a gusto. No en vano vamos juntos desde hace diez años. No en vano nos conocimos hace veinte. Unas ocho horas al día con la misma persona día tras día durante 10 meses. Tampoco está mal, ¿verdad?. 10 años de 2EMS.

Estoy moreno, pero poco. Mi piel no puede tocar el sol. No debe. Lo que más voy a agradecer de mi vuelta a casa es no tener que volver a echarme crema.

¿Lo que más? No. Echo de menos internet. He pasado un mes sin él. Increible en alguien como yo, ¿verdad? No he visto las noticias más que un par de días. Hoy es uno de ellos. Disney ha comprado Marvel. Es como si EEUU comprara un territorio gigante en pleno territorio norteamericano a la URSS por una miseria. Oh Wait.

Me he conectado a internet apenas 5 horas en todo el mes. Echo de menos mi consola. Quiero jugar a algún juego que no sea el Plant Vs Zombies. Pero a este tampoco he jugado. Quizá otras tres, cuatro o incluso hasta cinco horas. Nada más. Pero lo que más echo de menos es a la Capitana Piedra Plana (Antigua Capitana Grumete). A ella, a su voz grave, a su conversación, a sus caricias, a sus dos ojos más bonitos del mundo, a sus piernas poderosas y a su sonrisa. Eso es lo que más echo de menos. Pero eso no es nuevo: Eso lo echo de menos cada día cuando nos separamos para ir cada uno a su casa.

En casa, en Valladolid, voy a querer otras cosas. Voy a querer volver a vivir día sí y día también con Siete aunque interrumpa las conversaciones, el desayuno y hasta las comidas. Realmente no es él. Si él no estuviera seguirían interrumpiéndose. Él es sólo un motivo. Si no estuviera ya buscarían otro. Voy a querer sentirme ingrávido varias horas al día. Voy a querer el sonido de las olas. Voy a querer el aislamiento absoluto. Bucear solo, estar solo, que nadie pueda hablarte, que nadie te oiga. No oir a nadie. No estar con nadie. Voy a querer volver a tomarme una caña al JuJuy, el mejor chiringuito del mundo, y disfrutar de su Chill Out extraordinario y de sus camareras guapas y de sus camareros simpáticos y sus mojitos riquísimos y su pinta de chiringuito de vacaciones. Voy a querer asomarme a la ventana y ver la Isla del León. Voy a querer pagar 5€ para ver dos películas con mi bocadillo y mis pipas y mi cerveza. Voy a querer preguntar a los niños a que juegan. Voy a querer mirar a la madre de Paquito, que es guapísima y sonríe con toda la cara, pese a sacarme 15 años. O a lo mejor hasta 20. O quizá sólo 10.

He pasado un mes excelente. He leido poco, pero no he podido leer más. Varias semanas han pasado como condimentadas con Dormidina, rodeado de niños. Niños. Niños. Cuatro niños. Y cientos de adultos haciendo ruido. Sólo tres libros. Que rabia. Una casa de 40m^2 llena con ocho adultos y cuatro niños en edad de hacer ruido. No me he relajado. No he descansado. Pero tampoco estaba muy cansado. He disfrutado pese a todo. Disfruto a Siete, he disfrutado con Mercedes, he conocido a una chica de piernas infinitas y ojos como pantallas de cine, he disfrutado con Eloisa, he disfrutado con el mar pese a las pocas medusas, he disfrutado gracias a que había pocas medusas, he disfrutado con el sol y la sal. He disfrutado bañándome desnudo en una playa vacía, borracho como una cuba, con más gente, no sólo hombres, todos desnudos, todos helados, todos disfrutando de la idea más estúpida del mundo y sufriendo la mejor idea de la historia, todos pasándolo bien pese a estar pasándolo fatal. He disfrutado duchándome desnudo en las duchas en las que me ducho todos los días en un ambiente tan familiar como es posible. He disfrutado haciendo la rana, batiendo mi record. 20 botes. Me falta mucho por aprender. He disfrutado aguantando la respiración, batiendo mi record: 1:40. Cuando era niño pensaba que 40 segundos era muchísimo. Soy mejor que Usain Bolt. Ojalá hubiera podido verle. He disfrutado leyendo lo poco que he leido y escribiendo lo poco que he escrito. He fregado poco, he jugado poco, he hecho poco de todo. Y tengo ganas de volver, porque han pasado 30 días más bien agotadores. Pero tengo ganas de quedarme, porque han pasado 30 días más bien de cuento.