Primer
día del resto de mi vida. He acabado la segunda relación más larga
de mi vida. Salía con la mujer más maravillosa del mundo. Lo hemos
dejado de mutuo acuerdo: Nos queríamos mucho, pero no nos lográbamos
entender.
Me
despertaba unas cosas que no me ha despertado jamás ninguna otra
persona adulta: Me despertaba ternura. ¿Sabéis como ha de ser una
persona adulta para despertarte ternura? Pues así era ella. De
hecho, no sólo era así, sino que lo era mucho más, porque yo soy
un cínico y odio un poco al mundo en general. Además, es la mujer
más hermosa del mundo, de los pies a la cabeza. Sobre todo, sobre
todo, tenía la nariz más hermosa del mundo.
Ella
me ha enseñado muchas cosas: A disfrutar de los animales,
especialmente de los perros. Y a disfrutar de las cosas materiales. A
ser feliz con una galleta, con una almohada cómoda, con una mantita,
etc. Además, su entorno era fabuloso. Eso no siempre pasa. He estado
con otras chicas y alguna tenía una madre inaguantable, unos amigos
impresentables o incluso disfrutaban de ambas virtudes. Ella tenía
un entorno envidiable.
Podría
hablar toda la vida de Ella, es mi tema preferido, es una obsesión.
Obsesión, pero de verdad: No como cuando dices a alguien que se ha
obsesionado, sino de verdad, de no poder pensar en otra cosa aunque
quiera. Aunque lo tengo bastante controlado, gracias a... gracias a
mi. Lo suyo me ha costado.
Ahora tengo que mentalizarme para estar solo. Estoy
de vacaciones en mi paraiso, (es decir, que la gente sea feliz aunque
no pida permiso) con mis padres y mi hermano. Hemos venido embutidos
en un coche con miles de maletas. Hemos venido para un mes entero.
Hemos estado a punto de quedarnos en la cuneta, porque hemos llegado
con el depósito casi vacío a una gasolinera. Hemos llegado bien.
Soy
el Capitán Medusa. El mundo es mejor con gente como yo, aunque suene
vanidoso. Me he bajado a la playa y lo primero que he visto es un
erizo roto a la altura del pie: O sea, más abajo del nivel del mar,
pero donde cualquier incauto pueda pisarlo. He puesto una marca –
una piedra larga de pie – y lo he llevado fuera en varios viajes
con mi salabre. Mi salabre, para que la gente de interior lo sepa, es
mi red atada a un palo. O sea: Como un cazamariposas con un palo
gordo y resistente. Se llama Julieta, es el tercero de su clase.
Antes vinieron Eva y Miranda, el primero también de madera, el
segundo de fibra de vidrio. Demasiada tecnología, demasiado ligero.
Me gusta sentir que lo llevo. Supongo que algo parecido le pasaría a
un guerrero de la edad media si le dan un florete.
He
venido dormido casi todo el viaje, pero ayer me quedé hasta las
cinco adrede, para dormir durante el viaje. Me aguantó hasta
entonces mi palo habitual. Lo llamo palo porque cuando alguien dice
“que cada palo soporte su vela”, yo siempre pienso que él
soporta la suya y la mía. Cada vez que tengo una crisis me voy a su
casa – o vuelvo de su casa – y me aguanta depresiones y
borracheras. Esta última vez me aguantó online, pero me aguantó
igual. Jugamos al GTA Online y me dediqué a matar a un montón de
gente aleatoriamente, sin que se lo esperasen. A matarles simplemente
porque sí. Me aguantaron mis penas, pero ellos no me dan ninguna
pena, no haber estado ahí, enfrente de mis balas.
Hemos
hablado de casualidades. Todo son casualidades aunque no nos demos
cuenta. Si conoces a una mujer en un bar, sales con ella, te casas y
vives con ella 40 años deberías pensar “Qué casualidad que
estuviéramos a la vez en este bar a esta hora.”. No te das cuenta
de que es una casualidad porque no conoces a esa chica, pero es la
mujer con la que vas a pasar 40 años.
Nuestra
vida se forma en función a como interpretemos las coincidencias.
Escribo
en un Acer Travelmate. Un tiempo me quejé de este ordenador porque
me iba lento. Formateé y todo. Pero he de reconocer que, para la
vida que le he dado, va cojonudo. Desde que formateé va genial y le
he machacado como un hijoputa. Le he tenido horas y horas encendido,
le he hecho hacer de todo, etc. Estoy muy contento con este portátil.
Me
caigo de sueño. Aquí no hay cobertura. Vivo como en los 90. O como
en los 80. O los 70. O de ahí para atrás. O no, considerando que
estoy escribiendo en una máquina de escribir en la que puedo borrar,
cambiar el estilo de letra etc.
Además
hemos entregado a nuestros padres su regalo de 40 aniversario. No
quería darles un vale, no quería darles una cutrada. Es un viaje y
quizá no es gran cosa, pero es mejor que un “vale por un viaje”
o algo así. Nos ha costado mucho dinero, considerando el que
tenemos. Pero, considerando el dinero que tenemos, nos ha costado
mucho se aplica a todo: Una entrada de cine, pipas, gominolas, un
sello de peseta, etc.
Esperaba
que investigaran un poco, pero íbamos con mi prima que les soltó
“Que te han regalado un viaje a Lisboa, ya está” y fastidió la
sorpresa.
Me
caigo de sueño decía. Me voy a la cama.