Ayer me quedé hasta tarde. Me hubiese gustado estar un poco a solas con Carolina, pero no hubo ocasión y es mejor así.
Cometí el error de llamar a un golfillo pagafantas y el acierto de pedir disculpas. También vi a una niña con pinta de princesita desvalida cagarse en la puta madre de alguien y eructar. Vaya una manera radical de decir “No os fiéis de las apariencias”
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