Hoy
he buceado sólo un poco. Luego he hablado un rato con el niño P. y con una niña que se llama Ella. Dice que casi ni se me
nota que estoy nadando. Antes me agotaba estar en medio del agua sin
hacer nada. Estar “de pie” en el agua. Ahora no me canso casi.
Podría estar mucho más. He aprendido a relajarme y, por tanto, usar
sólo la fuerza necesaria. “Parece que haces pie” me ha dicho.
Entre ella y P. me han puesto por las nubes. Yo la he regalado
un erizo rosa para compensar, pero estaba roto.
Ya
he hablado, sino por aquí por carta, del niño P. y lo majo que
es. Ya no es tan niño y está hecho un campeón. De mayor quiere ser militar. Espero que no se malogre. Su madre
sigue siendo la mujer más bella de la playa. Después de la mía,
claro, pero a esta la miro con otros ojos. Y de Carolina, pero a esa
no debería ni mirarla hasta dentro de tres años
No hay comentarios:
Publicar un comentario